ENRIQUE USOBIAGA

BORRACHO A LA DERIVA

Desorientado el borracho
devora vino con premura
de un vaso maltratado.

Cual marinero de tierra
embarcado en alta mar,
el borracho no encuentra el norte,
el borracho no encuentra el sur.

Se apiada el tabernero
del bajel a la deriva,
mostrándole el camino
a la puerta de salida.

¿Qué pensará el borracho,
cuándo resacoso despierte
en la calle matutina?

¿Qué pensará su esposa
cuándo su lecho amanezca
en el alba sin marido?


EL AMANTE ABANDONADO EN LA CAMA

El amante abandonado en la cama
es una nave sin timón
en ninguna parte de la mar.

El amante abandonado en la cama
vaga al ritmo de una canción
de hastío y de triste soledad.

ME LLAMASTE "HOMBRO"

Me nombraste,
me llamaste.
No usaste mi nombre,
etiqueta que abarca
el todo que era
antes de que naciese.
No fue mi apodo,
etiqueta que abarca
el todo que me veo
en el reflejo de tus ojos .
Buscaste otro nombre,
entre los muchos
que me ponen,
entre los muchos
que me pongo.
No lo encontraste,
nadie había creado
el yo que tú bucabas.
Me bautizaste,
me creaste,
me llamaste 'Hombro'.
No me vi desnudo
de mis otros nombres,
de todo eso que por llamarse
sé que en mí existe,
sé que existo en ello.
No me vi desnudo
de todo aquello
que obviaste
con tu llamada.
Tan solo estabas
buscando mi hombro
para borrar lo inevitable.
Deseabas, con tu llanto,
ahogar la misma muerte.
Y no querías
que tus lágrimas
corrieran solitarias.
Por eso:
me llamaste 'Hombro'.

© Enrique Usobiaga